La agencia estadounidense del medicamento (FDA) ha autorizado un nuevo test para diagnosticar precozmente el cáncer cervical -y que podrá usarse como alternativa a la citología- pese a la oposición en contra de varias sociedades científicas y grupos de pacientes que consideran que este nuevo análisis no ha demostrado suficientemente su seguridad y eficacia.
Según informa el diario The New York Times, el nuevo test (comercializado por la farmacéutica suiza Roche) se empleaba ya hasta ahora como complemento a la citología para resolver algunos casos en los que la veterana prueba arrojaba resultados ambiguos.
Sin embargo, con la decisión de la FDA,el nuevo test para detectar rastro de ADN del virus del papiloma podrá usarse como primera opción, lo que lo convierte así en la primera alternativa a la vieja citología que recibe el respaldo en EEUU.
La prueba funciona rastreando en una muestra de tejido restos de ADN de hasta 14 subtipos del virus del papiloma humano, un patógeno de transmisión por vía sexual y que es responsable de la mayoría de tumores en el cuello del útero de las mujeres. Aquellas pacientes que den positivo para los subtipos 16 y 18 del virus, implicados en el 70% de estos tumores, deberán someterse a una prueba adicional (una colposcopia) para que el médico pueda observar directamente mediante una luz especial los cambios en las células del tejido cervical y ver si se están malignizando. En caso de dar positivo para los otros 12 subtipos del virus, la mujer deberá someterse a una citología tradicional que determine si necesita una colposcopia.
Sin embargo, pese a que la FDA considera que la evidencia que avala la prueba es suficiente, algunas voces han alertado de que este nuevo test arroja más resultados falsos positivos (que indican que la mujer tiene cáncer de cérvix cuando en realidad no es así), y también detectaría mayor cantidad de lesiones pretumorales en el cuello del útero.
Organizaciones como el ‘Cancer Prevention and Treatment Fund’ consideran que este análisis hará que más mujeres sean sometidas a exámenes y a biopsias innecesarias como consecuencia de los resultados que arroje el test.
Pero pese a su aprobación, son muchas también las voces que consideran que los ginecólogos no dejarán así como así de realizar citologías. Y como recuerda la propia FDA, “que la agencia haya decidido que el test es seguro y eficaz no hace obligatorio su uso. Serán ahora las sociedades médicas y científicas las que decidan cómo y cuándo emplearlo”, ha señala Alberto Gutiérrez, el especialista de la agencia del medicamento que ha tramitado esta autorización.
De hecho, la Sociedad Americana de Ginecología ya ha anunciado que está trabajando en la elaboración de unas guías en las que se facilite la incorporación de esta nueva prueba al diagnóstico precoz del cáncer de cuello de útero.
A todas las cuestiones científicas se suma además la diferencia de precio. Frente a los 20-40 dólares (15-30 euros) que puede costar una citología tradicional (también llamada test de Papanicolau), el nuevo análisis de ADN del virus se eleva hasta los 80-110 dólares (55-70 euros).
En la mayoría de los casos, la infección por papilomavirus (que padece una gran parte de la población sexualmente activa) remite por sí sola, controlada por el propio sistema inmune. Pero en algunos casos la infección persiste, provocando cambios premalignos en el tejido que pueden culminar con la aparición de un cáncer.