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Azafrán: estudios apuntan que ayuda a combatir una molécula llamada Rankl, asociada a los tipos más agresivos de cáncer.
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Ajo: según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, el ajo es considerado uno de los alimentos que ayudan a combatir al cáncer, en los diferentes tipos de esta enfermedad. Las mujeres que lo consumen regularmente demuestran menos índices de cáncer de mama. Asimismo, las cebollas también ofrecen beneficios.
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Brócoli: los vegetales crucíferos, principalmente el brócoli, ayudan a combatir el cáncer gracias a la presencia del componente sulforafano, que lucha contra la diseminación de los tumores, debido a que inhibe una enzima que reduce la habilidad del cuerpo para combatir la enfermedad.
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Té verde: rico en polifenoles, substancias que fueron asociadas a una disminución en el avance de la enfermedad según la breastcancer.org.
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Frutas rojas: ofrecen grandes cantidades de antioxidantes, que impiden la acción de los radicales libres que atacan a las células, según el Instituto Americano de Investigación del Cáncer.
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Linaza: estudios divulgados por la Sociedad Americana de Cáncer muestran que ayuda a reducir la expansión de la enfermedad. La mayoría de las investigaciones fueron hechas en ambientes in-vitro o en ratones, pero científicos creen que los beneficios serán reales también para los humanos.
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Nueces: algunas investigaciones han demostrado que el consumir nueces regularmente durante toda la vida puede reducir hasta en un 50 por ciento el riesgo de padecer cáncer de mama.
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Tomates: son ricos en el antioxidante licopeno, que combate el crecimiento de las células cancerígenas en las mamas.
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