Un análisis genético del exudado que se toma como muestra en la prueba de Papanicolau (la citología a la que se someten periódicamente las mujeres para detectar el cáncer de cuello de cérvix) puede servir también para detectar el cáncer de endometrio y ovario. Estos son, al menos, los resultados preliminares de un estudio realizado por investigadores de la universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE UU) que ha publicado Science Translational Medicine.
La prueba se hizo con pocas pacientes, pero los resultados fueron muy prometedores: se detectó el 100% de los casos de cáncer de endometrio (24 positivos de 24) y el 41% de los de ovario (9 de 22). La importancia del resultado, como señalan los autores del trabajo, es que se trata de dos tumores para los que actualmente no hay una prueba fácil de detección. En cambio, si se pudiera usar la técnica estudiada, el proceso de la obtención de muestras sería muy sencillo, con la ventaja añadida de que es algo que ya se hace.
El ensayo se basa en el hecho de que al recoger muestras de la vagina de la mujer para la citología, se incluyen también células de la parte más interna del sistema reproductivo (endometrio y ovario). Un análisis genético permitiría identificar las células con el ADN mutado y con propiedades cancerosas.
Por eso es fundamental de cara a un futuro uso de esta prueba de una manera generalizada que se identifiquen bien qué regiones del material genético hay que estudiar para determinar si se padece un cáncer y el tipo de este.